El debate sobre la portabilidad de los créditos de nómina tiene ya seis años y sigue sin resolverse. El tema inició cuando Alejandro Díaz de León estando al frente del Banxico.
Si hay un sector que, por un lado, innova, invierte y compite es el bancario, pero también, es uno que, en muchos temas, se rehúsa a realizar cambios.
Un ejemplo es el debate sobre la portabilidad de los créditos de nómina que ya tiene seis años, y que sigue sin resolverse, tema que inició Alejandro Díaz de León estando al frente del Banco de México (Banxico) y ahora, la actual gobernadora Victoria Rodríguez Ceja, sigue debatiendo con el gremio, sin visos de que pronto pueda ponerse en marcha.
Y es que han pasado ya más de seis años, incluso más, si tomamos en cuenta que algunos directivos bancarios como Enrique Zorrilla, director de Banamex y luego de Scotiabank, desde antes cabildeaban para que se tuviera una “cámara interbancaria” de créditos de nómina. El objetivo final era que los millones de clientes tuvieran una tasa de interés más baja y los bancos dejaran de perder dinero en la competencia de “robarse” la nómina de las empresas.
La nómina de las empresas es un negocio atractivo para los bancos; sin competidor cercano está BBVA, que lleva Eduardo Osuna; le sigue Banorte, con Marcos Ramírez; y compitiendo fuerte, Citibanamex, con Manuel Romo; y Santander, con Felipe García
Todos han apoyado la propuesta, pero también la gran mayoría ha puesto objeciones en un punto.
Resulta que hay una prohibición en el proyecto que impide otorgar beneficios al empleador que contrate el servicio de nómina, lo que, consideran algunos bancos, puede causar distorsiones en el mercado en virtud de cargas regulatorias, que restringen injustificadamente su capacidad para atraer o retener clientes.
Mientras que del lado de los clientes, anote que si pide un crédito de nómina y cambia de empresa, y recibe en el nuevo empleo su quincena en otro banco, el crédito de nómina “estará” ya amarrado al empleado.
Actualmente, al cambiarse la nómina de banco, un 20 por ciento de este tipo de créditos caen en mora, y con ello, las tasas de interés que cobran se elevan.
De aprobarse algún día estos cambios, que ya cabildean autoridades financieras con la banca, podríamos ver en un futuro que se cobre una menor tasa, ya que se pondría en marcha un mecanismo interbancario que tendrán que resolver los bancos, sin costo para el cliente.
