La industria de vehículos pesados consideró que sería hacia finales de 2023 cuando esté en condiciones de normalizar los tiempos de entrega de las unidades que demanda el mercado nacional, de acuerdo con Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
“Venimos de un rezago en la demanda de varios años, primero por la incertidumbre ante la entrada en vigor del T-MEC, luego la llegada de la crisis por la pandemia, la guerra en Ucrania, aunado a la insuficiencia en la cadena de producción, se nos ha presentado un cuello de botella en los tiempos de entrega. Consideramos que en los últimos meses han venido mejorando gradualmente los niveles de inventario, y de aquí hacia 2023 podremos ir disminuyendo el rezago, tanto en los pedidos ya realizados, como en los que se van agregando”, anotó el presidente ejecutivo de la AMDA en entrevista con T21.
Es decir, todavía tomará un promedio de 16 meses que las empresas de autotransporte puedan llegar a los niveles de incorporación de vehículos que su operación requiere.
Rosales compartió que la normalización de las entregas llevaría al mercado doméstico a recuperar ventas por arriba del 2019, cuando se comercializaron un total de 39 mil 723 unidades de carga y pasaje.
No obstante, añadió que el nivel óptimo de venta doméstica para poder disminuir el rezago en cuanto a la antigüedad del parque vehicular (que ronda los 19 años) se encuentra entre las 61 mil 128 como demanda potencial base y hasta 66 mil 900 como demanda potencial máxima, según cifras basadas en el Estudio sobre el potencial de mercado de vehículos comerciales y pesados y, su relación con la estructura económica mexicana, publicado en el 2017 por la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), la AMDA y la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Consideramos que esto es factible, si se toma en cuenta que en 2007 el récord de ventas en el mercado mexicano superó las 50 mil unidades, con más de 15 años transcurridos desde entonces, la factibilidad de poder tener estos niveles en los cuales está estimada la demanda potencial es plenamente justificada, pero se requiere de un esfuerzo adicional a través de programas de estímulo para disminuir el tiempo en el que podamos llegar a estos niveles de renovación”, abundó Rosales.