Un fondo de inversión pasivo sigue a un índice, su cartera está compuesta por los mismos elementos y en la misma proporción que ese índice. Por ejemplo, el NAFTRAC en México tiene como subyacente al S&P/BMV IPC, el principal índice del mercado bursátil compuesto por las 35 empresas de mayor bursatilización. Un fondo activo no busca replicar el índice, sino mejorar el rendimiento del referencial al elegir en qué invertir y cuándo, y en la ponderación que le da a cada activo.
La gestión pasiva ha ganado cada vez más adeptos. Desde 2018, el monto gestionado por los ETF se ha duplicado hasta alrededor de 9 billones de dólares a nivel mundial, debido a que “se benefician de ser diversificados, líquidos, eficientes desde el punto de vista fiscal y de bajo costo”, explica Ben Laidler, estratega global de eToro.
También han tenido los mejores rendimientos, dado que el mercado venía de una tendencia alcista que duró cerca de 10 años. En la última década, el 90% de los fondos activos de gran capitalización en EU registraron un rendimiento inferior al S&P 500; en México, el 77.5% tuvo un desempeño inferior al S&P/BMV IRT y, en Europa, el 87.8% de los fondos anotaron un menor rendimiento que el S&P Europe 350.
Sin embargo, durante los primeros seis meses de 2022, la proporción mejoró para los fondos activos, ya que fue un año negativo para las bolsas. Los principales índices de EU, como el S&P500, el Dow Jones y el Nasdaq cayeron entre 10 y 30%. En México, el S&P/BMV IPC retrocedió 6% y, a nivel mundial, el MSCI World bajó 17%. De este modo, quienes siguieron una gestión pasiva están igual, en número rojos.
“En mercados complicados como los que hemos tenido en 2022, los fondos activos se han comportado mejor”, dice Hugo Petricioli, director general de Franklin Templeton México, debido a que no tenían tantas concentraciones de empresas, sobre todo, tecnológicas, que fueron muy golpeadas. “La mayoría de los índices se construyen por valor de capitalización, esto te genera pequeñas burbujas, donde las empresas que tienen rally de largo plazo, como las tecnológicas, crecen su peso relativo dentro del índice, y cuando caen arrastran todo”.
Además, el mercado ha cambiado. José Luis Ortega, director de los equipos de Deuda y Multiactivos de BlackRock México, pronostica que no se volverán a ver mercados en bonanza por décadas con bancos centrales apoyando la recuperación de los mercados, como pasó durante mucho tiempo. Ahora, los ciclos serán más cortos, por lo que “los fondos activos van a ser una mejor estrategia que fondos pasivos”, dice Ortega.
Sea cual sea la estrategia elegida, Petricioli recomienda hacer análisis comparativos. Y hay que tomar en cuenta el tracking error, la diferencia entre el índice y el instrumento que se use para replicarlo. Entre más bajo, mejor. Otro factor es el costo de administración, que al final puede impactar el rendimiento. “No creo que ninguna estrategia sea mejor que la otra, se complementan, pero hay que armarla de la mano de un asesor y, sobre todo, comparando”.