Una narrativa constante de este gobierno es que las finanzas públicas se han manejado con prudencia, austeridad y estabilidad. Esa percepción ha prevalecido internacionalmente y ha sido validada por inversionistas y agencias calificadoras. Si bien en términos comparativos con otras economías emergentes el déficit total del sector público luce moderado, no se sostiene una solidez de las finanzas públicas si se analiza cuidadosa y detalladamente su manejo. La precaria situación se fue evidenciando año con año a partir de 2019.
Se tiene ya una visión completa de lo que fueron las finanzas públicas en 2022. La organización México Evalúa acaba de publicar un excelente documento de análisis (https://numerosdeerario.mexicoevalua.org/2023/03/01/, véase también los tweets de @mariana_c_v.) que genera preocupación al evidenciar con datos duros que el año pasado fue el peor en el desempeño financiero de la actual administración. Se pone de manifiesto la debilidad y poca sostenibilidad para 2023-2024.
De acuerdo con México Evalúa, este gobierno ya definió su legado de finanzas públicas: el crecimiento de los ingresos públicos será menor que el de los sexenios anteriores, el endeudamiento seguirá al alza, la inversión pública seguirá siendo un derroche por concentrarse en proyectos sin viabilidad ni rentabilidad, y las empresas Pemex y CFE continuarán siendo máquinas generadoras de pérdidas.
Las finanzas de 2022 se distorsionaron sobre todo por la política de estímulos a las gasolinas por 239.7mmdp, lo cual, a pesar de mayores ingresos petroleros, estancó los ingresos debido a menores recaudaciones de IEPS e IVA asociadas al subsidio gasolinero. Si a esto se suman las pérdidas de Pemex y CFE y otras entidades, el desequilibrio fiscal resultó en que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), que es la medida más amplia del endeudamiento que incluye la deuda del gobierno federal, empresas públicas, banca de desarrollo y el resto del sector paraestatal, resultaron en un endeudamiento anual real sin precedentes de 1,261 miles de millones de pesos, el más elevado desde 2008. Esta cifra refleja que el monto de los RFSP ¡fue 59% mayor al promedio del sexenio pasado! Así, el manejo “prudente de la deuda” que pregonan López Obrador y Ramírez de la O es un gran mito.
En lo que respecta a la inversión en los proyectos del Tren Maya y de Dos Bocas, su característica ha sido el sobre ejercicio y la opacidad. Sólo Dos Bocas se había presupuestado en 8,000 millones de dólares (mmd) y ya se habla de 20 mmd, pero no existen reportes financieros al respecto. El presupuesto también tiene que cubrir las pérdidas del AIFA, ya que prácticamente éste no genera ingresos. Pensar que a partir de 2024 el AIFA será financieramente autosuficiente como lo ha declarado López Obrador es otro mito. No hay manera, aun pensando que el decreto de movilizar la carga aérea a ese aeropuerto generará ingresos suficientes.
El reporte de México Evalúa está armado con cifras oficiales de la SHCP, Pemex y CFE, o sea que si desde Palacio Nacional clamaran que “tienen otros datos”, ello sería una rotunda mentira.